miércoles, 31 de diciembre de 2014

Vuelta a Extremadura por Navidad

Me siento cual anuncio de turrón volviendo a Extremadura por Navidad.
Todos los años de mi vida, esté donde esté, he vuelto a casa de mi madre y mi padre para pasar unos días en familia.

Este año estoy disfrutando de casi tres semanas en mi tierra natal.

Lo que al principio me parecía unos días de demasiados eventos sociales, se está convirtiendo en unos días de recibir cariño y alegría con mucha gente que quiero y que hace tiempo que no había compartido con ellas.

Me encanta ver a todas estas amigas que disfrutan de sus viajes, de sus parejas, de sus trabajos y sus no trabajos, de sus peques. De las que sacan todo el rato la sonrisa aunque no marche todo tan bien. Del humor y el amor que le echan a las cosas.
Me encanta verles a ellos, también con sus viajes, con sus relaciones, con cómo se plantean el querer a la gente, de sus no trabajos o trabajos precarios, de sus ilusiones, sus peques.
Disfruto cuando debatimos sobre la vida, sobre simplificar todo y reir más, ironizar más.

Me resulta la vida más fácil cuando disfruto de un rato con esta gente, y con las que por agendas no hemos podido quedar, pero que os llevo muy cerquita ;)

Os adoro, y aunque tenga que recorrer  muchos muchos kilómetros para juntarme un ratito con estas sonrisas, valdrá la alegría hacerlo.

Por muchos de estos momentos en el 2015.

NOTA_ gracias a mi madre y a mi padre que aguantan cada vez mi adaptación a Badahó con todo su cariño y su paciencia.
Gracias a mi hermana y mis hermanos por idear cosas para hacer en equipo acorde con mi presupuesto ;)

lunes, 15 de diciembre de 2014

METIK_ un guiño a la ilusión








Hacía tiempo que teníamos esta idea en la cabeza, ya había probado esto en Chiapas e incluso antes de irme, en Bilbao, con Manu como compañero de cazuelas.
Ahora, con la ilusión que Raquel le pone, nos hemos animado a empezar juntas esta andadura. Un proyecto para cuidar y cuidarnos: materiales orgánicos, comprados en otras cooperativas de proyectos éticos y sostenibles.
Respetando nuestra idea de ecología, respetando el ritmo y la forma de cómo hacer nuestros productos y buscando un precio justo que respete la labor de otras personas, nuestro trabajo y la posibilidad de que pueda comprarse.

Con ganitas y energía de poco a poco, ir innovando, disfrutando, aprendiendo.

Puedes ver aquí nuestros productos de ahora ;)
Feliz día!

sábado, 25 de octubre de 2014

Aterrizando

No había calculado lo que iba a costarme adaptarme de nuevo a este otro lado del charco.
No duermo a las horas que están marcadas para ello, no como a esas horas estipuladas, voy a otro ritmo, más pausado, más calmada, pero todo me empuja a mi alrededor.
Como si tuviera que salir corriendo siempre para algo y no sé a qué.

Unos días para ver a la familia, para acudir al Congreso de Educación Alternativa en Vitoria-Gasteiz y de pronto, me ví aquí, en Bilbao, de nuevo.
Sus calles están igual, su gente, sus precios... y me siento tan lejos de aquí. Parece que pasaron años desde la última vez que estuve recurriendo estas mismas calles.

El otro día me encontré a un amigo, de esos que nunca llamas para tomar algo, pero siempre te alegras enormemente de encontrártelo por la calle. Después de darme un caluroso achuchón, me miró a los ojos y me dijo: "cambiaste, algo te pasó, pero cambiaste." Y después de una pausa, añadió: "a mejor".

Lo cierto es que yo me siento otra, lo que he vivido estos meses me hace despertarme con otras ideas cada mañana.
Echo de menos esos pancitos, esas tlayudas, esos esquites, mis queridos tamales de chipilín con queso... Echo de menos el aire a 2400 metros de altura, las calles de pueblito pequeño, el que la gente te toque para saludarte, te hablen con ternura aunque sea la primera vez que te ven. Echo de menos la gente que me ha cuidado tanto allá.

Y echo de menos lo que recordaba de Bilbao, mi familia de aquí. Echo de menos el tocar los timbres de tu gente para que te abran la puerta y subas en ascensor bilingüe. Echo de menos los miércoles de cine, la huerta en el balcón, las miles de horas en el Antxi.
Pero ando descubriendo otros espacios, a un ritmo más parecido al mío.
Creo que hay una nueva etapa por vivir, un nuevo Bilbao.
Y ahí voy, a disfrutarlo.





viernes, 26 de septiembre de 2014

Paseando por México

Llegó el 8 de septiembre, esa fecha que tenía ganas y miedo de que llegara.

Ese día implicaba despedirme de SanCris, de su gente bonita, de la casa, de las compañeras... (que en realidad son despedidas del cuerpo, que la mente y el corazón se siguen compartiendo). Implicaba agarrar la mochila y la maleta para visitar otros Estados de México e ir compartiendo otros lugares con otra gente. Con gente que me había cruzado por SanCris y otra tanta que he ido conociendo.
Llegó el DF., de nuevo ese gran monstruo de ciudad, donde puedes encontrar todo y nada a la vez. Gracias Fran por mostrarnos las formas de vida y los barrios de las grandes ciudades que no aparecen en las guías ni en los mapas. Y qué bonito esos encuentros en un rincón de vida en una gran ciudad! Fue un gustazo Raquel y Vero, seguro que nos seguimos topando por otros lugares de la vida.

Llegó Cuautla y Tepoztlan, esta vez acogidas por gente de la zona, y por la grande y sonriente Inma con su compañero Raúl, que fueron una gran compañía esos días.
Grande la visita al territorio de Emiliano Zapata, visitando dónde nació y recorriendo sus pasos desde el último cerro por donde caminó hasta el arco donde le asesinaron, con alguien que quiere llegar hasta allí, con curiosidad y respeto.

De ahí a Cuernavaca, a Taxco, a Yautepec... esas casas de las amistades que encontraste en otros lados y que te abren sus puertas para darte cobijo... es una gran regalo.

Días de más acción y días de más relajo, como en este pueblito mágico de Huamantla. Que con buena compañía gustan más y saben mejor.

Me espera Puebla, con mis carnalitxs de la experiencia compartida en el Junax.
Y de ahí, me esperan las otras opciones, me espera lo que venga.

Con ganitas de veros familia, y los ojos grandotes de curiosidad por lo que esté por venir.



lunes, 8 de septiembre de 2014

Guatemaya

Desde que hablé hace meses con Raquel para hacer un viaje juntas, tuve la intención de visitar este país.
Ahora, 5 meses más tarde, sentía una grandísima curiosidad por conocer un poquito de este lugar que traía a tanta gente en la bestia.
Creo que necesitaba ver de dónde partían para entender un poquito más por qué salían de allá.

Guatemala, Guate, Maya.
Sus colores te impregnan, te llenan, te transportan.
Sus parajes, sus tierras, sus ruinas brutales (no tiene precio hacer una ruta en la selva y ver el amanecer desde una pirámide maya de 70 metros de altura) sus lagos enormes...

Sin embargo, viajar dos güeras por Guate implica tener aún los ojos más abiertos de lo que los tengo en México. A veces ser blanca significa tener dinero, tener lana como dicen por acá. Eso aumenta enormemente las posibilidades de que te engañen. Y hay que luchar con eso una y otra vez, decirle a la "banda" que ya te la sabes, que no te chinguen, que un tamal (comida popular super rica) tiene el precio que tiene, que los buses colectivos no pueden costar 25 eurazos, que no necesitas comprar objetos absurdos "por mi seguridad".

En la zona de la selva, más alejada de los sitios turísticos es donde mejor nos sentimos, más cuidadas, más protegidas por la gente, más arropadas. Tratadas más como compañeras curiosas que como dólares andantes.
Viajábamos en colectivos públicos y disfrutamos mucho de las conversaciones con la gente. Ahí sale mi amor por el intercambio cultural de tú a tú (salvando las millones de distancias que puedan haber)

La otra cara de la moneda llega cuando te encuentras en los sitios turísticos como Ciudad de Guate, La Antigua o Atitlán. Esto implica estar en guardia todo el rato, disfrutar de los lugares pero con atención. Te notas como a la defensiva... te miran y te agreden con su obsesión por sacar plata de tí. Ahí es cuando te paras y eres capaz de sentir el miedo de esta gente en tu piel, su represión, su dictadura y genocidio pasados no hace tanto tiempo... y ahí comprendes que agarren la bestia salvaje que les traslada a otro lugar. Esa del hierro frío y ardiendo, esa que te despoja absolutamente de todo y que esperas no te quite lo más esencial de tí.

Guate... qué lugar tan amable y salvaje a la vez. Siento que me ha centrifugado cual lavadora (de esas que hace meses que no uso) sitio que nos ha traído grandes momentos de cariño y ternura, sobre todo en casa de Lorea, de Toño, de Adriana... (mila esker talde!!) Como dice Galeano, qué grande es tener gente querida por el mundo que te abre su casa de par en par para darte cobijo y cariño incondicional.

A toda esa gente, de Guate y del mundo, gracias mil por compartir, por acogernos y por darnos cariño y luz.

Un gustazo!
Y a mi compa de viaje... qué decirte potxola, que ya no camino sola, llevo una parte de tí!!
Maite zaitut!

martes, 12 de agosto de 2014

Grandes guerreras

Llegó el momento de ir a la selva Lacandona, acompañada por 4 grandes mujeres, como lo son todas en K`inal Antsetik y Jolom Mayaetik.
Ahí vamos, acompañadas de Arnulfo que suele estar cerca con su gran carisma diciéndonos "ánimo compañeras".

He estado meses queriendo ir varios días con las jóvenes guerreras a dar talleres a las comunidades y ha llegado el momento. Vamos a Marqués de Comillas y a la Unión. Imagino convocando a un taller de violencias en el medio rural en Extremadura o en Euskadi y no me veo rodeada de 40 personas asistentes al taller. Pero ahí sí, ahí llegaron.
Con sus sonrisas, sus buenas disposiciones, con su energía y sus ganas de abrirse a las compañeras y contar lo que te duele, contar qué tipo de violencias has sufrido en tu mismita piel, en tu mismita alma.

Y ahí están ellas, hablando en zoque, deslizándose por el piso de arena y hablando con energía, con dinamismo, con coraje. Contando sus propias historias y visibilizando que sí se pueden hacer las cosas de otra forma, que no hay por qué aguantar violencia simbólica, estructural, económica, por no hablar de las que ya salen a diario en cualquier noticiero.

Ahí están ellas, fuertes, guerreras, dignas, sin miedos.
Las cachorras ya no son tan cachorras, ahora tienen sus propias formas de andar, de ponerse en pie, de hacer su camino.
Seguro será un bonito camino.

lunes, 14 de julio de 2014

¿Y qué hago con todo esto?


Un mes en el albergue, unos días para salir de México porque se me cumplía el permiso de estar aquí (y la "migra" está cabrona por estos lugares) y de vuelta a SanCris.

Esto es el resumen, qué pronto puede una escribirlo y cuánto tardaré en ir poquito a poco digiriendo las cosas que veo, que leo, que escucho. Me tomo un momento para mirar atrás.

Ya volví de la tercera visita al albergue de migrantes, que ha sido la más dura sin duda. Tardaré en ir asimilando, eso de que secuestren a gente, se amputen piececitos y haya tanto trabajo en un lugar tan pequeño es, cuanto menos, costoso de tragar. (Seguro que tiene que ver con esta tos que me acompaña desde que salí del albergue)

Ya marchó Braulio, llegó tranquilo y con buena bienvenida ;)

Ya pasó la visita a Cuba, a conocer otras realidades, otras luchas, otras formas de ver la vida, de gestionarse, de buscarse el pan de cada día (y nunca más literal que en esta vez) Ya tuve el placer de visitar un país de una punta a otra y sentir una gotita de su quehacer diario, de sus ingenios, de su arte. Me alegro de haber visitado ahora este lugar, La Habana, Santiago, Baracoa, Camagüey y ese regalo de visita al Mausoleo del Ché en Santa Clara (todo llega en su justo momento, y cuando tiene que llegar)

Ya he tenido el gustazo de sentirme acompañada en un viaje, de no ir como siempre buscándome la vida de una combi / camión a un bus conmigo misma (que está genial, pero cuando la compañía es buena, gusta más)

Ya volví a viajar sola, de vuelta a San Cristóbal, a casa de gente buena, a seguir colaborando con la asociación, a estudiar un curso de masaje japonés (ironías de la vida ;) y a seguir con mis cremas y bolsas para sobrevivir.

Y ahora... me pregunto qué hago con todo esto.
Tengo un amasijo de cosas dentro y nadie me ha enseñado a gestionarlas.
¿Qué te trae la marea?
Tengo la sensación de aprender, aprehender, aprender... de conocer formas de vivir diferentes a las establecidas socialmente. Todas me encantan, en todas me veo reflejada, pero no soy capaz de elegir ninguna. Eso sí, tengo claro que en la colectividad está la clave, en formar equipo, en tener una carga conjunta repartida.

Dentro de poco viene Rakel a acompañarme, así que tendré tiempo para debatir mil posibilidades de vida.

Mientras tanto... seguimos en Chiapas, compartiendo, creciendo, soñando.

Que tengan ustedes felices vacaciones!

martes, 17 de junio de 2014

Cruzar México, dejar todo atrás por sobrevivir

Tras casi un mes de colaboración de nuevo en el albergue para gente migrante de Ixtepec (Oaxaca) vuelvo al junax.
Llevo noches sin dormir, pero al menos he visto a Braulio lo bien que está evolucionando...

Siento como el orden de mis prioridades se dan vueltas como una de esas tortillas de papas que, por pereza, no hago aquí.

Podría explicar qué se vive en el albergue, cómo la gente se agarra a la esperanza, a la sonrisa, al mirar pa`alante.
Podría hablaros de las mujeres, de Inma, de su coraje, de su entereza... de cómo les recuerda a las mujeres una y otra vez que son grandes, son fuertes, son dignas y son personas que se merecen una vida sin miedos, sin huidas.

PAOLA_ Foto hecha por Dani Ojalvo e Inma Delgado
De la caravana que hicimos andando hacia los pueblos cercanos, bajo un sol que se te clavaba en las entrañas, animadas con cánticos de Honduras, de Nicaragua, de Guatemala y de El Salvador.
Podría hablaros de los bebés que llegan, de Richard que perdió su pie entre las vías con sólo 2 añitos, de las niñas que llegan embarazadas y no precisamente por haberlo gozado.
Podría  ...

Pero es que no puedo, hoy no.
Hoy quiero lanzar una llamada de atención a quien quiera que tenga a Paola y a Jorge, a Jorge y a Paola secuestradas en un zulo. Por ambas dos y por toda esa gente que está en su misma situación aunque no les conozca, aunque no me haya reído con ellas, aunque no haya compartido un pastel de cumpleaños y las mismas comidas en el albergue.

Por la libertad digna de las personas. Para que podamos elegir dónde vivir, hacia dónde viajar y con quién compartir los momentos de la vida.
Porque vuelvan como se las llevaron.
Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos.

(Para leer la noticia completa de su secuestro, pincha cualquiera de estas)
Secuestro portavoz de mujeres migrantes
Secuestro Paola y Jorge
Kaosenlared
Desinformémonos

miércoles, 28 de mayo de 2014

De Galeano a Braulio, de Braulio a Galeano

Cuando nos comentaron que el compañero Galeano era asesinado en La Realidad, de nuevo nos recorrió la médula espinal ese sentimiento de rabia, de ira.
Otra vez una estructura patriarcal, autoritaria, que no deja que la gente sea libre, autónoma, que pueda vivir en sus territorios sin miedo, que puedan y podamos SER.

Tú andabas de viaje en Oaxaca, me acordé de tí porque llevas 11 años viajando a este Estado, organizando las Brigadas para que la gente de Euskadi que quiera conocer esta realidad pueda hacerlo, y me imaginé lo que pensarías al leer la noticia.
Habías estado acá, conmigo, con nosotras, durante un mes. Habías echado una mano a la gente que había querido visitar la cárcel, nos habías indicado lugares, personas, nos compartiste historias de esas que te dejan con la boca abierta, esas que son un regalo a los oídos y al corazón.

El día que nos despedimos no tenías claro si ibas a volver, querías seguir tus pasos hacia otros lugares de México, para conocer otros proyectos, para encontrarte con otra gente que lucha para que todas tengamos una vida digna.

El viernes que abrí la puerta del junax y me dijeron que me buscabas me alegré, no te esperaba. Tampoco esperaba que el sólo hecho de abrir una puerta, la puerta de tu cuarto, daría paso a unos días muy duros.

Hospital, urgencias, embajada, seguro, familia...
Todo pasó muy rápido, pareciera que las cosas me atravesaban pero, cuando me di cuenta, estaba rodeada de gente que echaba una mano, te echaba su mano.

No podría explicar todo lo que me pasaba por dentro tras 7 días de hospital, de verte ir y venir, de sentirte lejos y cerca.
Pero sí sé que estos días he vuelto a sentir el calor humano, la coherencia en las luchas, la autogestión, la comunidad, el grupo... Todas las personas supimos que nos necesitabas a tu lado, cada quien tenía su papel: guardias en el hospital, llamadas a Bilbao, gente que prepara la comida para las que hacemos guardias, atención con la embajada...

Y tocaba el turno de ir a La Realidad para dar homenaje al compañero Galeano. También teníamos que estar ahí... Y lo hicimos, un grupo fue a la Realidad y otro nos quedamos acompañándote.
Pensé que me perdería un momento histórico, que te perderías un momento que te hubiera encantado vivir. Pero no fue así, creo que de alguna forma estábamos ahí, siendo coherentes con el cuidado colectivo.

Hoy, 9 días después de la entrada por esa puerta en urgencias, escribo desde Ixtepec, donde se encuentra el albergue de migrantes.
Estoy aquí porque nos organizamos, porque alguien dejó de hacer lo que estaba haciendo y agarró un bus de 15 horas para cruzarse dos estados y llegar a hacer mis turnos.
Porque hay otra gente que sigue al pie del cañón apoyándote y cuidándote.
Porque sigue la gente desde otro lado del charco, llamando, estando pendiente, dando ánimos...
Porque no estás solo.
Porque no estoy sola.

Adelante Braulio, nos encontraremos de nuevo y recordaremos a Galeano.

lunes, 19 de mayo de 2014

Harremanak_ las relaciones humanas

Hace unos años, el Gitano, en una calle de Bilbao, me enseñó una de las palabras que más peso ha tenido en mi día a día desde entonces. La palabra en euskera es Harremanak (relaciones) y está compuesta por dos palabras: HAR (tomar) y EMAN (dar). Dar y tomar, dar y recibir...

Entender las relaciones humanas desde ahí, desde el ponerte de igual a igual y comprender que todas las personas damos y recibimos de las demás, me alivió. Al igual que me alivió entender que no quiero dar y recibir de cualquier persona y que puedo elegir con quién gastar mi energía.

Estar en un lugar como este, donde a cada rato hay gente  nueva, hace que decidas entre la marea de personas que te rodean, con quién quieres elegir nadar a compás. 

Suelo tener suerte, mucha suerte, de compartir ratos con personas muy interesantes, con ideas políticas, con presencia, con fuerza, con un sentido de justicia social que te arroya. Mujeres y hombres de todos los países, de todas las edades, que vienen de situaciones personales tan diversas que parece que estoy pasando por muchos otros lugares desde un Chiapas revolucionario. 
Me siento orgullosa de tener la opción de vivir y compartir momentos con gente que trabaja en espacios de autogestión, de pedagogía libertaria, de lucha por los derechos de las personas indígenas, de las personas migrantes... Es bonito ver cómo vamos juntas a manifestaciones y a espacios de protesta como hoy, donde en la Plaza de la Resistencia de San Cristóbal, bajo una lluvia que parecía que el cielo se caía, ahí estaba la gente, bajo plásticos de colores, visibilizando la muerte de un compañero a manos de los paramilitares en uno de los caracoles (comunidades autónomas organizadas) en Chiapas.
Me alegro de encontrarme a otra gente que decidió pedirse una excedencia para vivir otra historia en otro lugar. 

Creo que he sido afortunada por la gente que he ido conociendo en mi vida, pero ahora soy más consciente de ello. Es un gusto compartir con gente que lleva vida a espacios de desesperanza.
Es un placer cada charla, cada comida compartida, cada debate, cada situación...
Me encantaría contaros de mis compañeras aquí, de la gente con la que paso el día a día, pero seguro que me dejo gente atrás y eso estaría feo. Pero ya habrá tiempo de hablaros de esta gente tan grande, con una café o una comida rica delante.

Que disfruten de la gente que les rodea, de las que reciben y a las que dan.


viernes, 25 de abril de 2014

Y llegó la Bestia


Después de más de tres meses aquí, de conocer a mucha gente y bastantes proyectos sociales de San Cristóbal, decidí moverme unos días a otro estado, en concreto a Oaxaca. Varios motivos me llevaron a eso: que necesitaba aire fresco, que me apetecía salir de la casa comunal donde vivo para ver si así despistaba a la salmonela, que me habían hablado muy bien de varios proyectos y que Sophie, la amiga alemana con la que he compartido grandes momentos acá se marcha de nuevo a su tierra y nos apetecía viajar juntas.

Así que agarramos las mochilas, esas que les sorprenden tanto a la gente de comunidad porque llevamos todo encima como caracolillos, y caminamos nuestros pasos a la ciudad.
Oaxaca
Viajamos en autobuses de 2ª clase porque el dinero no nos da para más. Es curioso cómo está instaurada aquí tan profundamente la cultura del miedo en los viajes. Los autobuses de primera y de segunda son exactamente los mismos (de hecho mucho mejores que mi querido alsa que tantas veces me ha llevado de Bilbao a Badajoz) la diferencia es el precio, que se llevan más del doble de diferencia, y que somos las únicas blancas que viajamos en ellos. Así que la gente abre sus ojotes cuando nos ve subirnos con tanta soltura a ellos.

Camino a Hierve el Agua
Primero conocimos Oaxaca, sus calles, sus colores, sus comidas... una ciudad hermosa, la verdad. Visitamos varios espacios colectivos autogestionados, muy parecidos a los gaztetxes de Euskadi, pueblitos del entorno y Hierve el Agua, un espacio natural increible.

De ahí viajamos a Ixtepec, donde nos esperaba el proyecto de acogida a gente migrante "Hermanos en camino". Gabino y Alejandro me habían hablado de él, dos amigos con los que viajé años atrás a Nicaragua. Gabino estuvo hace poco y contaba su experiencia aquí: http://desdeticuantepe.blogspot.mx/
Le comenté a Sophie y nos entusiasmó la idea.
Ir a ver el albergue donde el conocido padre Alejandro Solalinde ha desafiado a la Iglesia y ha construido poco a poco un lugar donde cuidar por unos días a la gente que viene montada sobre los vagones del tren, nos parecía interesante.

Interesante... se queda corto.
Llegamos muy temprano, nos reciben muchos hombres en la puerta del albergue, algunos se afeitan, otros pasean, otros sólo esperan... Beto nos recibe muy bien, nos da un cuarto donde dejar las cosas y comienza a enseñarnos el albergue. Nos dan alojamiento en la casa para gente voluntaria. Todo marcha muy bien y establezco super rápido relación con varias compañeras voluntarias.
Nos dedicamos a acomodar y revisar la ropa que han traído donada, Monse me comenta que esta tarde llega un tren y la gente vendrá sin nada, hay que prepararlo todo para la gente que viene.
Lo que empezó siendo una tarde tranquila de repente se transformó. El tren debía llegar a las 17h, pero lo asaltaron, mataron a 4 personas e hirieron a otras 6. Nos reunieron a la gente voluntaria para explicarnos la situación y  nos prepararon para lo que íbamos a vivir horas más tarde. Como soy castellano parlante, me piden que les ayude a hacer las entrevistas a la gente que llega. La situación es delicada, llevaban más de 24 horas muchas de ellas subidas en el techo del tren, sin agua, sin comida y con mucho sueño antes de que las asaltaran. Súmale a eso el miedo, la desesperación y la rabia de ser asaltada sólo por buscar una vida mejor.

El tren, la bestia_ Foto de Alberto Donis
A las 5h llega el tren, que nos avisa haciendo sonar su bocina. Nos levantamos, tengo un nudo en el estómago. Pienso una y otra vez lo que nos han comentado "esta gente viene muy asustada, es muy importante cómo les tratemos". Pienso en cómo me gustaría que me recibieran si viniera en su situación y así actúo. Cuando me doy cuenta, ya he hecho 9 entrevistas y no hay nadie más. Éramos 12 personas entrevistando y registrando, más de 100 personas hemos atendido en poco tiempo. No podría volver a contar sus historias, sus miedos, sus miradas... pero sí sus alegrías, sus esperanzas, su fe en tener una vida digna para ellas, para ellos, para sus familias.


El resto de los días que he pasado allá me he llenado de energía. Es impresionante cómo se te pegan sus ganas de vivir, de ser felices, de disfrutar de cada comida, cada mango encontrado en las calles colindantes, de cada partida de ajedrez o fútbol en el albergue, de cada conversación.

Ironías de la vida, igual que mi primera noche allí les vi llegar, mi última noche les vi partir. Con otros compañeros les miramos subirse de nuevo a los lomos de la bestia. Ese amasijo de hierro que les dá mucho frío en las noches, mucho calor en el día, sueño y cansancio... pero que les da esperanza. Nos miramos y esperamos que lleguen bien, que no se caigan, que no les vuelva a asaltar... que se les trate con dignidad.

Beto me escribe a los días y me informa que se han unido a la caravana por la dignidad, exigiendo a la República Mexicana la libertad de tránsito que se comprometió a ofrecer. Ya son más de 1000 personas las que van andando hasta D.F. para exigir que cumpla su parte (más info aquí)

Vuelvo a San Cristóbal con la certeza de que volveré a este lugar, con un poquito de su alegría en mi piel.

lunes, 7 de abril de 2014

Acá y allá, el tiempo entre los dedos


Noche y día, día y noche... parece que se me escapan entre los dedos.
Ocurren tantas cosas todo el rato a mi alrededor que creo que volverá a pasarme lo de siempre cuando estoy acá, que mi cuerpo absorbe todo, pero tardo en ir digiriéndolo, lo voy haciendo poquito a poco.

De nuevo me encantaría contaros tantas cosas... es como si viviera en una montaña rusa. Las emociones están tan a flor de piel que es normal reir a carcajadas el mismo día que vuelves a tu cuarto y necesitas desahogarte con tu compañera.

Repaso estos últimos días como si de pequeñas pinceladas de historias de vida se trataran. Recuerdo la experiencia en Chichiuistán, una comunidad asentada en una montaña, donde otra comunidad se unió desplazada por enfrentamientos religiosos. Con ojo de antropóloga disfruto observando este tipo de relaciones, curioseo, escucho cómo se siente la gente ante estas situaciones. Allí trabajé la huerta ecológica, hice mis cremas corporales orgánicas que Manu me enseñó (todas vendidas ya!!) vi nacer una cabrita y disfruté de las noches más estrelladas que he visto últimamente, mientras dormíamos en un viejo autobús convertido en casa para gente voluntaria del proyecto. (más fotos aquí)

A la vuelta me esperaba una experiencia muy bonita, el cumpleaños de Aurora, una nena de 3 añitos hija de una gran mujer de Huitepec. Ir a esta reserva  natural para visitar a su familia en el día del cumpleaños de la nena fue inolvidable. Llegamos 5 compañeras de casa a las que nos había invitado Jero, y ahí estaban, toda la familia, la abuela, el abuelo, las hermanas y sus maridos con las nenas y los niños peques. Todo adornado de globos y mucha mucha comida. Me sentí como en casa, en una de esas fiestas de cumpleaños que cualquiera de mis primas y primos habría celebrado de peques.
Jero había tenido en cuenta que no como carne y pude tomar arroz con tortillas y un trozo de pizza de postre. Tras las 4 piñatas y recibir una bolsita de chuches cada quien (si, si, cada quien, chuches para todo el mundo) bajamos el monte andando, atravesando casas de madera y adobe, enmarcadas en un paisaje de esos que te revitalizan.

Llegó la semana del encuentro feminista de mujeres en América latina, donde se debatía y compartía las experiencias de lucha en los países latinos, las diversidad sexual, la represión que se siente siendo indígena, lesbiana y
feminista... Estuve tomando relatorías de lo que compartían en plenaria, y llegué a casa con fiebre. Son mujeres como yo que trabajan en asociaciones exáctamente iguales que ISF-MGI, pero que son violentadas por luchar por una vida digna de todas las personas. Una vida libre, una vida siendo quien quieres ser, sin molestar absolutamente a nadie.
No pude asistir todo el tiempo que hubiera querido, ya que entre otras visitas sorpresas que he tenido en estas últimas 3 semanas, la salmonela ha venido a saludarme también.

Es una experiencia vivir este tipo de enfermedades aquí.


Y ahora... aquí estoy, dejándome parar un momento para descubrir que estos días he vivido muchos momentos muy intensos, con gente muy especial, con gente muy bonita. Que esta gente viene y va, que, como la luz, entramos y salimos en la vida de las personas. A veces iluminamos un poquito más tiempo y otras un poquito menos, pero esa chispa que compartimos se recibe con cariño.

pd.- Desde aquí quiero mandar un besazo enorme a toda la gente que pasa por el Junax y nos deja su granito de arena, su alegría, sus luchas...
A esos tres Gasteiztarrak lokos que paseaban por el andador y cambiaron su semana de vacaciones por un mes de vida compartiendo experiencias, eskerrik asko!!!
Y a toda la gente que me manda apoyo desde el otro lado del charco los días que los ánimos no acompañan. Se os quiere!!

martes, 18 de marzo de 2014

De la memoria a la esperanza


Hoy es lunes, en casa la semana comienza temprano porque cortaron el agua ayer y estamos unas 15 personas.
La última vez que he ido a comprobar si había vuelto eran las 5h de la mañana. Media hora más tarde oigo que corre de nuevo, así que me dejo recaer de nuevo en la cama.
Hora y media más tarde, Claudia me despierta. Es hora.
Hoy vamos 9 personas juntas al encuentro que organiza el FRAYBA por sus 25 años de trabajo por la lucha de los derechos humanos de las personas indígenas.
Tengo mucha curiosidad.

Después de agarrar un colectivo que nos lleva a la Universidad de la Tierra (ya hablé de ella en esta entrada) llegamos.
Hay personas de 75 organizaciones diferentes del mundo, todas reunidas acá, en las sillas amarillas de delante, de mis lados y atrás mío.
Miro a mi entorno, las compañeras y compañeros vestidas con sus indumentarias tradicionales me transportan a una imagen que he visto mil veces, mi hermana y mi hermano mayor vestidos con trajes regionales extremeños. Sus colores casan, se unen, como si conectaran tradiciones...

Vuelvo a concentrarme, después del ritual maya de inauguración y de los saludos fraternales, comienzan a compartir experiencias.
Las pláticas y plenarias se llevan a cabo en el auditorio principal. Es grande, con buena acústica, con las paredes llenas de cuadros, posters y pinturas a mano de las comunidades de los pueblos originarios. Todo es alegre, cálido.
Este espacio es el que recoge los testimonios.
Varias personas han recorrido muchos kilómetros para venir a contar cómo han violado sus derechos. Se habla de desalojo, despojos, violaciones, asesinatos, secuestros... dan nombres y apellidos de quienes cometen estos actos y aún así no hay justicia para estas personas.
Se expresan con problemas en castellano, pero no les falta fuerza, entereza, rabia, pero rabia digna. Piden que no se olviden sus luchas, sus memorias, sus causas.

Algunas personas llevan años esperando un marido desaparecido, una hermana, una hija, un padre... una y otra vez acuden a los tribunales, pero sus casos son lentos, o les ponen con gente que no habla su idioma. Años... ¿cuántas cosas se hacen en un año? ¿qué leo, qué toco, qué siento? ¿cuántas veces río y lloro en un año?, ¿cuántas veces disfruto con las amigas, salgo, bailo? ¿Cuánto me pierdo en un año?

Carlos Beristain interviene y, tras una charla que me emboba, deja un pensamiento en mi mente: la memoria también tiene que recordar lo vivido, lo ganado, lo sentido. No sólo hay que rescatar el dolor y mostrarlo para que no se vuelva a repetir, también hay que mostrar lo que se salvó, lo que sobrevivió, para tener esperanza.

Vuelvo a casa con la sensación de haber vivido mil historias hoy. Y es que... tal vez al transmitirlas, compartimos pedacitos de cada quien, nos intercambiamos eso que hemos vivido.
Pues acá estoy, compartiendo para quien quiera recibirlo. ;)

lunes, 10 de marzo de 2014

Cada día lleno de dignidad


Hace días que no escribo, no porque no tenga nada que contar, al contrario, más bien es por exceso de estímulos.
Cada día, a cada rato, hay una historia nueva, ya sea en K´inal, con las compañeras de la cooperativa Jolom o en el Junax, donde vivo. A cada instante hay algo que se te agarra al estómago y te hace tener todo tipo de sentimientos. 
A veces son historias bonitas las que recibes y otras no tanto.

Hace días que ando pensando sobre la infancia, las pequeñas, los peques... una compañera y yo asistimos a un foro de reflexión de ONGD sobre la infancia y la adolescencia. Sus problemas y sus realidades.... Si no fuera por el color de las pieles de algunas de las asistentes, parecería que estoy en Bilbao, en una de las reuniones con ISF-MGI.
Sin embargo... llega el momento de poner datos reales sobre la mesa. Podría poner muchos, pero quiero resaltar estos:
  • ·         82.276 pequeñxs de entre 5 y 12 años trabajaban en Chiapas.
  • ·         En San Cristóbal, desde el 2000 hasta ahora ha aumentado un 560% el número de peques en las calles trabajando.
  • ·         En 2011, el 43,3% de niñas de 15 años sufrieron violencia física o sexual por parte de su pareja.
      Hace 15 años sólo se necesitaba una jornada laboral en Chiapas para que una familia tradicional pudiera vivir dignamente. Hoy se necesitan dos jornadas y media. Si ya trabaja la madre y el padre... ¿a quién más le toca?   
      No puedo evitar pensar en Olga y en Emma cada vez que veo a una nena que se me acerca a venderme pulseras echas a mano. Cada tarde que vuelvo a casa y te ofrecen chicles y quieren limpiarte los zapatos.
      Están en edad de reír hasta que te duela la tripa de las agujetas, de soñar, de jugar, de sorprenderse, de mirar lo que pueden hacer con sus propias manos... 
      Cada vez que aceptamos comprar ropas, zapatos, comida... a esas madres y esos padres por muy poco dinero, legitimamos una y otra vez que sus peques tengan que salir a la calle a limpiar cristales, a vender chicles, flores... a no ser peques. Dejemos que tengan cada día lleno de dignidad.



viernes, 14 de febrero de 2014

Dónde vivo y qué hago

Ayer hice un mes por estas tierras y parece que fuera un año.
Es difícil trasmitir mi día a día aquí, pero intentaré hacer un esbozo para que podáis imaginarlo.


Vivo en Junax, un centro para personas voluntarias que vienen a trabajar en su mayoría con el http://www.frayba.org.mx/ el Centro de Derechos Humanos.
Normalmente vivimos unas 13 o 14 personas juntas, varias colaboramos con otras asociaciones, sobre todo con mujeres indígenas, pero el resto del grupo integrante de la gran casa comunal son, literalmente escudos humanos. A nivel formal e institucional se les denomina "observadores internacionales". Suelen ir a las comunidades donde hay algún riesgo de violación de derechos, para estar ahí, sin más. Es más complicado explicar la desaparición de una alemana que de una chiapaneca.
Duele decir esto, escribirlo, siquiera pensarlo... pero la realidad es que el color de piel y de pelo sigue siendo una distinción, un status social.

En casa estamos estables unas 8 personas, el resto de la gente va variando bastante. Cada semana llega gente nueva y se va gente con la que estás compartiendo tu día a día, tus preocupaciones y tus filosofías. A veces me cuesta bastante, se van trocitos de tí cuando has conectado mucho con alguien y de repente marcha. Pero, como dice Arkaitz, un compañero euskaldun, siempre encuentras a alguien que sustituye ese huequito.

En la asociación ya me han dado una tarea más estable. Daré los lunes un taller de redacción en castellano a 5 mujeres de 3 culturas y 3 idiomas distintos. Todo un reto esto, pero con muchas ganas.

Y en cuanto a la vida aquí... compartir una pequeña anécdota:
Siempre me ha gustado andar, tengo las piernas largas y me llevan lejos. Aquí, es curioso ir andando por la calle, en las altísimas banquetas que hacen de acera es muy complicado pasar varias personas a la vez, sobre todo si se van en sentidos contrarios. Hasta hace pocos años, a las personas indígenas se las prohibía ir por las aceras, debían bajarse a la carretera cuando se cruzaban con alguien. Aún hoy las personas mayores, cuando te ven venir, bajan disimuladamente. Yo repito el mismo gesto y curioseo buscando su mirada al cruzarme con ellas, sus ojos rasgados suelen mirarte extrañadas.

martes, 4 de febrero de 2014

Sobre el foro, un trocito de historia.

Tres días de foro, cuatro días en DF, y otros cuatro día para volver a la calma.
Aquí el tiempo pasa de otra forma, es distinto, como si te jalara, te agarrara, te removiera hasta las entrañas. Muchas historias distintas, muchos sentimientos encontrados... hoy toca contar un pedazo de ellas.

El viernes 24 nos pasamos el día preparando cosas para el foro y compartiendo comida con las compañeras que iban llegando de otras comunidades. 
Intercambiamos comidas, nosotras hicimos pizzas artesanas en un horno de barro y leña, y ellas traían sus tlelayudas, sus tortillas (de maíz) y las sopas de verduras.

El sábado comenzó todo muy temprano, desde las 7,30h estuvimos registrando a gente que llegaba y explicándoles las formas de participación: si eras mujer indígena eras participante activa, si eras mestiza, hombre o güera eras observadora, o si venías de apoyo tomabas fotos, hacías las relatorías o grababas en vídeo.

Durante el sábado y el domingo se habló de los tipos de violencia que las mujeres sufrimos en el mundo, en los diferentes estados y en las comunidades. Se hablaba en tzotzil, en tseltal y en castellano, aunque había 9 idiomas indígenas y 3 idiomas extranjeros.

Teníamos espacios en plenaria y espacios en grupos, donde nosotras tomábamos las relatorías. Soy güera y del grupo de apoyo, así que no tenía ni voz ni voto en el foro, sólo podía escribir en el ordenador lo que escuchaba. 
Sólo escribir... aunque mi mente va rápida, y en realidad estoy muy atenta a lo que escucho, a lo que siento mientras cuentan sus historias en la mesa que me ha tocado, creo que no puedo procesar lo que están compartiendo. En algunos casos sientes pena, lástima, rabia, fuego en el estómago... en otros alucinas con lo que cuentan y no compartes lo que dicen, pero sólo escribo y no me da tiempo a procesar todo.

Tras varias horas de debate en grupos y plenarias, dejamos para el domingo un par de horas de debate y la puesta en común.
Ahora comienza la cena, hacer cola para ir a comer cada una con nuestro vaso y nuestro plato.
Luego vienen los bailes tradicionales, las poesías, las canciones y los rituales de las compañeras.
Me recuerdo muy cansada a las once de la noche.

Llega de nuevo el domingo, de nuevo escribimos lo que quieren compartir y nos vamos a la puesta en común. Se dicen muchas propuestas, se comentan ideas, se avanza en propuestas para trabajar en equipo, en crear una red de mujeres que protejan los derechos de las mujeres en todo México, para que estén informadas de lo que pasa en cada estado, en cada comunidad, y puedan cooperar juntas.

Después de comer tamales bien ricos, nos llega el turno de marchar. Kakun y yo nos vamos en un autobús nocturno a México D.F., y Udane se queda en SanCris para acompañar a las compas a la rueda de prensa y las reuniones posteriores.

Tras 13 horas de autobús, tengo la sensación de estar en otro lugar del mundo bien distinto... pero eso ya es otra historia.

Si quieres ver alguna foto, mira aquí_ http://www.flickr.com/photos/sandra_jelou/

viernes, 24 de enero de 2014

Estamos preparadas

FORO NACIONAL. KINAL ANTSETIK A.C. VIOLENCIA MUJERES. ENERO 2014. by LaAntonia_ jelou
Mañana llegan todas las mujeres de las comunidades y diversos Estados de México.
Las Monitoras Indígenas de Derechos de Las Mujeres de la asociación llevan varios años de experiencia y quieren compartir experiencias con otras compañeras de diferentes estados de México, sobre todo por la preocupación por los altos índices de violencia en el país, quieren que las mujeres indígenas se encuentren y reflexionen sobre la violencia que viven.Nosotras somos el grupo de logística, no podemos participar con voz ni voto, sólo recogemos testimonios en grabaciones y fotos.
Estamos listas: pancartas, libretas, grabadoras, el portátil...

Después de 3 días que seguro serán intensos, acompañaré a Kakun a DF, y estaremos un par de días con una antigua voluntaria de la asociación, a ver qué nos depara la peazo de ciudad.
Os contaré a la vuelta.
Salud!

martes, 21 de enero de 2014

Nos preparamos para el foro intercultural


Las Abejas de Acteal by LaAntonia_ jelouHoy hace justo una semana que volví a pisar K`inal por segunda vez.
Ahí estaban todas las chavas y las mujeres, con su "tesito y su cafelito" para presentarnos en qué andan trabajando ahora y para ver si nos uníamos.
Tardaron poco en repartirnos tareas... "hay mucha chamba y pocas manos", dijeron.
Estamos preparando un foro intercultural de mujeres indígenas y campesinas, para reflexionar sobre la violencia.
Por las últimas noticias que tengo del Estado español, bien podría hacerse uno allí:_ Leer_ nos matan y se la suda, de Factoría lila

Nosotras estamos en la comisión de comunicación y de redacción.
Vienen mujeres de varios Estados de México, y de organizaciones y comunidades distintas. Con idiomas distintos, con costumbres distintas.

Nos hemos repartido entre todas entregar las invitaciones para el evento. Como no hablo tsotsil ni tseltal, tengo que ir acompañada. Lo bueno es que sé conducir, así que no me siento tan inútil.

Agarro el volante y comienzo a conducir hacia Acteal y Chenaló.
Podría hablar de cómo nos miraba la gente cuando una "guera" (una blanquita) y mujer va manejando el coche, de cómo vuelvo a sentirme distinta, una vez más o de cómo cuando llegamos a Acteal no estaba la población porque habían ido a apoyar a la comunidad de Puebla a los cafetales, ya que los paramilitares han intentado de nuevo sacarlas de sus casas...
Pero quiero compartiros la sensación de hacer varias horas en coche para entregar una invitación en mano. Estoy tan acostumbrada a mandar un mail invitando a un evento, o colgar cosas en los muros de los "caralibros"  que recorrió un escalofrío mi columna cuando Mica explicó despacito en tsotsil para qué habíamos llegado hasta allá.
No estoy entrando a valorar el impacto ambiental, que no hay color entre una forma u otra, hablo de conectar con la gente. De que una vez que llegas te invitan a comer (o a recomer) del contacto, del calor humano.
Por supuesto que un mail es eficiente, eficaz, pero también es frío.
Y lo había olvidado.

Me gusta escribir, contar cosas, pero con calma. Con cariño.
Me gustan las postales, las cartas y las invitaciones en mano.
Me gusta recibir gente en casa y convidarles a un café.
Y ahora, lo he recordado
“RECORDAR: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón.”

miércoles, 15 de enero de 2014

En K'inal de nuevo, bienvenida a San Cristóbal



Esperando en el aeropuerto by LaAntonia_ jelou
Esperando en el aeropuerto, a photo by LaAntonia_ jelou on Flickr.
 6 medios de transportes
48 horas de viaje
3 bultos conmigo
1 amiga que me acompaña, otra amiga que nos recibe
y una caja llena de experiencias posibles que nos aguardan en San Cris.

Llevamos acá tan sólo 24 horas y ya hemos comenzado el trabajo con K'inal, hemos encontrado amigas de la otra vez y gente conocida que te recibe con una gran sonrisa, un abrazo y pregunta por cómo te sientes.

Es impresionante cómo tu cuerpo recuerda los olores de las comidas, de las plantas, ¡incluso de la gente!

Hoy ya hemos comenzado el trabajo con K'inal, así que esta misma semana iremos a las comunidades.
Está siendo todo muy intenso...

Espero que anden bien!
Un besazo.

Llegada a San Cris by LaAntonia_ jelou

viernes, 10 de enero de 2014

Agurrak!!_ el principio del viaje

Y llegó el momento.
Tras un tiempo de preparar el viaje... solo me queda comenzarlo!

Seguiré contando por aquí, cómo van las cositas.

Buen momento y felices días.

Sandra