lunes, 7 de abril de 2014

Acá y allá, el tiempo entre los dedos


Noche y día, día y noche... parece que se me escapan entre los dedos.
Ocurren tantas cosas todo el rato a mi alrededor que creo que volverá a pasarme lo de siempre cuando estoy acá, que mi cuerpo absorbe todo, pero tardo en ir digiriéndolo, lo voy haciendo poquito a poco.

De nuevo me encantaría contaros tantas cosas... es como si viviera en una montaña rusa. Las emociones están tan a flor de piel que es normal reir a carcajadas el mismo día que vuelves a tu cuarto y necesitas desahogarte con tu compañera.

Repaso estos últimos días como si de pequeñas pinceladas de historias de vida se trataran. Recuerdo la experiencia en Chichiuistán, una comunidad asentada en una montaña, donde otra comunidad se unió desplazada por enfrentamientos religiosos. Con ojo de antropóloga disfruto observando este tipo de relaciones, curioseo, escucho cómo se siente la gente ante estas situaciones. Allí trabajé la huerta ecológica, hice mis cremas corporales orgánicas que Manu me enseñó (todas vendidas ya!!) vi nacer una cabrita y disfruté de las noches más estrelladas que he visto últimamente, mientras dormíamos en un viejo autobús convertido en casa para gente voluntaria del proyecto. (más fotos aquí)

A la vuelta me esperaba una experiencia muy bonita, el cumpleaños de Aurora, una nena de 3 añitos hija de una gran mujer de Huitepec. Ir a esta reserva  natural para visitar a su familia en el día del cumpleaños de la nena fue inolvidable. Llegamos 5 compañeras de casa a las que nos había invitado Jero, y ahí estaban, toda la familia, la abuela, el abuelo, las hermanas y sus maridos con las nenas y los niños peques. Todo adornado de globos y mucha mucha comida. Me sentí como en casa, en una de esas fiestas de cumpleaños que cualquiera de mis primas y primos habría celebrado de peques.
Jero había tenido en cuenta que no como carne y pude tomar arroz con tortillas y un trozo de pizza de postre. Tras las 4 piñatas y recibir una bolsita de chuches cada quien (si, si, cada quien, chuches para todo el mundo) bajamos el monte andando, atravesando casas de madera y adobe, enmarcadas en un paisaje de esos que te revitalizan.

Llegó la semana del encuentro feminista de mujeres en América latina, donde se debatía y compartía las experiencias de lucha en los países latinos, las diversidad sexual, la represión que se siente siendo indígena, lesbiana y
feminista... Estuve tomando relatorías de lo que compartían en plenaria, y llegué a casa con fiebre. Son mujeres como yo que trabajan en asociaciones exáctamente iguales que ISF-MGI, pero que son violentadas por luchar por una vida digna de todas las personas. Una vida libre, una vida siendo quien quieres ser, sin molestar absolutamente a nadie.
No pude asistir todo el tiempo que hubiera querido, ya que entre otras visitas sorpresas que he tenido en estas últimas 3 semanas, la salmonela ha venido a saludarme también.

Es una experiencia vivir este tipo de enfermedades aquí.


Y ahora... aquí estoy, dejándome parar un momento para descubrir que estos días he vivido muchos momentos muy intensos, con gente muy especial, con gente muy bonita. Que esta gente viene y va, que, como la luz, entramos y salimos en la vida de las personas. A veces iluminamos un poquito más tiempo y otras un poquito menos, pero esa chispa que compartimos se recibe con cariño.

pd.- Desde aquí quiero mandar un besazo enorme a toda la gente que pasa por el Junax y nos deja su granito de arena, su alegría, sus luchas...
A esos tres Gasteiztarrak lokos que paseaban por el andador y cambiaron su semana de vacaciones por un mes de vida compartiendo experiencias, eskerrik asko!!!
Y a toda la gente que me manda apoyo desde el otro lado del charco los días que los ánimos no acompañan. Se os quiere!!

3 comentarios:

  1. Sandra! Junax te ha marcado no menos de lo que tú has marcado a todos en Junax con tu luz (y tu salmonela... ja,ja,ja. no te creas).
    Ha sido un verdadero placer conocerte, me sorprende que en tan poco tiempo te haya tomado tan gran afecto.
    Afortunada o desafortunadamente, la vida está donde uno está, no donde están las personas que uno quiere. A veces, extrañar algún lugar o a alguien, es un bonito ejercicio que nos recuerda lo bella que ha sido nuestra vida...
    Saludos!
    PD: Me tengo que ir... a ayudarte a cocinar la cena ja,ja,ja.

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  2. Guapa, te queremos mucho y tenemos ganas de poder abrazarte y que nos cuentes todas esas emociones que aqui vas relatando. No será lo mismo vivirlo que escucharlo, pero estaremos encantados de oirte y emocionarnos contigo.
    Un beso enorme y que te recuperes pronto.

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  3. seguro que los tres gasteiztarras esos eran kalaña, nada bueno por esa tierra... jajajaj

    Muxu!

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