martes, 4 de febrero de 2014

Sobre el foro, un trocito de historia.

Tres días de foro, cuatro días en DF, y otros cuatro día para volver a la calma.
Aquí el tiempo pasa de otra forma, es distinto, como si te jalara, te agarrara, te removiera hasta las entrañas. Muchas historias distintas, muchos sentimientos encontrados... hoy toca contar un pedazo de ellas.

El viernes 24 nos pasamos el día preparando cosas para el foro y compartiendo comida con las compañeras que iban llegando de otras comunidades. 
Intercambiamos comidas, nosotras hicimos pizzas artesanas en un horno de barro y leña, y ellas traían sus tlelayudas, sus tortillas (de maíz) y las sopas de verduras.

El sábado comenzó todo muy temprano, desde las 7,30h estuvimos registrando a gente que llegaba y explicándoles las formas de participación: si eras mujer indígena eras participante activa, si eras mestiza, hombre o güera eras observadora, o si venías de apoyo tomabas fotos, hacías las relatorías o grababas en vídeo.

Durante el sábado y el domingo se habló de los tipos de violencia que las mujeres sufrimos en el mundo, en los diferentes estados y en las comunidades. Se hablaba en tzotzil, en tseltal y en castellano, aunque había 9 idiomas indígenas y 3 idiomas extranjeros.

Teníamos espacios en plenaria y espacios en grupos, donde nosotras tomábamos las relatorías. Soy güera y del grupo de apoyo, así que no tenía ni voz ni voto en el foro, sólo podía escribir en el ordenador lo que escuchaba. 
Sólo escribir... aunque mi mente va rápida, y en realidad estoy muy atenta a lo que escucho, a lo que siento mientras cuentan sus historias en la mesa que me ha tocado, creo que no puedo procesar lo que están compartiendo. En algunos casos sientes pena, lástima, rabia, fuego en el estómago... en otros alucinas con lo que cuentan y no compartes lo que dicen, pero sólo escribo y no me da tiempo a procesar todo.

Tras varias horas de debate en grupos y plenarias, dejamos para el domingo un par de horas de debate y la puesta en común.
Ahora comienza la cena, hacer cola para ir a comer cada una con nuestro vaso y nuestro plato.
Luego vienen los bailes tradicionales, las poesías, las canciones y los rituales de las compañeras.
Me recuerdo muy cansada a las once de la noche.

Llega de nuevo el domingo, de nuevo escribimos lo que quieren compartir y nos vamos a la puesta en común. Se dicen muchas propuestas, se comentan ideas, se avanza en propuestas para trabajar en equipo, en crear una red de mujeres que protejan los derechos de las mujeres en todo México, para que estén informadas de lo que pasa en cada estado, en cada comunidad, y puedan cooperar juntas.

Después de comer tamales bien ricos, nos llega el turno de marchar. Kakun y yo nos vamos en un autobús nocturno a México D.F., y Udane se queda en SanCris para acompañar a las compas a la rueda de prensa y las reuniones posteriores.

Tras 13 horas de autobús, tengo la sensación de estar en otro lugar del mundo bien distinto... pero eso ya es otra historia.

Si quieres ver alguna foto, mira aquí_ http://www.flickr.com/photos/sandra_jelou/

1 comentario:

  1. Ole! que envidia... sana... y esos viajes interminables de bus... ;)
    Muaka!

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